Emociones agradables para aprender

Sorpresa, fascinación, intriga, alegría o admiración pueden ser sensaciones clave para integrar nuevos conocimientos. Frente al castigo o el miedo, estrategias de aprendizaje ya obsoletas, disfrutar aprendiendo es la mejor manera para que los niños asimilen nueva información.

Años atrás los métodos más utilizados para lograr la memorización de contenidos se apoyaban en el miedo al fracaso, al castigo, a la comparación negativa o a ser permanentemente evaluado. Emociones que además de bloquear la concentración del alumno, le hacían vivir una experiencia desagradable y hasta traumática en su día a día escolar. El colegio se transforma entonces en un ambiente hostil y estresante que el estudiante rechaza y del que busca huir.

 

Ambiente agradable y deseos propios

Frente a la necesidad de crear un ambiente de trabajo y concentración agradable en el aula es importante crear rutinas diarias para transmitir una sensación de seguridad y control frente a los acontecimientos. También es fundamental trabajar en la unidad del grupo, ya que las relaciones entre los alumnos son uno de las factores que promueven esa sensación de felicidad y tranquilidad en clase.

Cuando en nuestras clases nos centramos abiertamente en crear un estado positivo para el aprendizaje, empezamos a establecer en los cerebros de los alumnos, unas asociaciones entre el aprendizaje y el placer que les va a durar toda la vida.» Ian Gilbert

Según explica Ian Gilbert, otro de los ejercicios recomendables sería buscar la motivación de los alumnos, y que ésta no debería nacer de una motivación del profesor, sino propia de ellos y de sus ilusiones. El maestro deberá para ello transmitir entusiasmo en sus explicaciones para lograr dicha motivación.

Aprender desde la experiencia, learning by doing

Otras de las claves que explican teóricos de todo el mundo sobre la mejor forma de vivir el aprendizaje se basa en que para que realmente el alumno aprenda, debe vivir y experimentar ese conocimiento. Cuando el niño realiza una acción por sí mismo le motiva mucho más que cuando se limita a ser un mero observador. Del mismo modo, cuando terminan un trabajo eso le produce la alegría y este aprendizaje quedará vinculado con esta experiencia agradable.

Explica al respecto Roberto Aguado, especialista en Psicología Clínica, que las mejores sensaciones para aprender son la curiosidad, la admiración, la seguridad y la alegría.

Aprender equivale a experiencia. Todo lo demás no es más que información.» Einstein

Mar Romera, maestra y pedagoga, expone que los niños necesitan de la confianza del profesor y la familia a la hora de dejarle vivir por si mismo y poder así comenzar a conocerse a todos los niveles.

Aceptar e integrar las emociones

También explica Mar Romera que en el siglo XXI los maestros y profesores tienen que instaurar la “educación del ser”, no, la ya obsoleta, “educación del saber”. Los niños, los adolescentes, alumnos y estudiantes, deben vivir sin tapujos ni obstáculos todas las emociones. Romera, como otros teóricos, decide no hablar de emociones buenas o malas, ya que todas son saludables, y deben sentirse y aceptarse para prepararse ante la vida adulta. Darwin descubrió en sus investigaciones que las emociones más elaboradas y profundas han dado lugar a especies más evolucionadas, de lo que podemos deducir, que las emociones nos hacen evolucionar. Por este motivo no deberíamos nunca bloquearlas y menos en niños y jóvenes.

Por el contrario, sí que existen emociones agradables y desagradables, y, a la hora de incorporar conocimientos en el aula, el profesor debe elegir las primeras.

Neuroeducación

Desde hace años se ha incrementado una tendencias en las aulas en busca de una nueva enseñanza basada en el funcionamiento del cerebro.

Es un hecho incontrovertible que lo que somos, pensamos, sentimos, aprendemos, memorizamos y expresamos en nuestra conducta y lenguaje es expresión del funcionamiento de nuestro cerebro en interacción constante con el resto de los órganos del cuerpo, y de este con todo lo que le rodea, desde lo físico y lo químico, a lo familiar, lo social y la cultura en que se vive.» Mora, Francisco 

Dicha tendencia habla de nuevo de la importancia de las emociones, en concreto de la empatía, la ilusión, la curiosidad o la sorpresa en los procesos cerebrales de memoria y aprendizaje.

Las emociones activan los circuitos neuronales y en este momento el cerebro es más activo y más receptivo para recibir información y memorizarla.

Francisco Mora, autor del libro Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama, explica que la educación debe transformarse para lograr un aprendizaje más efectivo con medidas como reducir el tiempo de las clases a menos de 50 minutos para que los alumnos sean capaces de mantener la atención.

Hoy comenzamos a saber que nadie puede aprender nada si no le motiva. Es necesario despertar la curiosidad, que es el mecanismo cerebral capaz de detectar lo diferente en la monotonía diaria. Se presta atención a aquello que sobresale.» Mora, Francisco 

A continuación te enlazamos algunas actividades de Elesapiens con las que puedes crear esas experiencias, y con ellas conseguir emocionar y sorprender a tus alumnos.

Construir un cohete para aprender sobre la fuerza de gravedad, explorar el parque del barrio para comprender el concepto del ciclo del agua, seguir un mapa del tesoro para descubrir qué es el campo magnético.

                                                 

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